He aprendido a ser cauta con los hombres.
Recelosa de la multitud de maneras, físicas y psicológicas, en que intentaran compensarme. Dinero, flores, literatura, propuestas, y un pilonero diestro son algunos de los camuflajes que he padecido.
Ahora bien,siempre habrá mujeres y hombres que se sientan felices con esos camuflajes, no tienen que preocuparse, siempre encontraran oponentes que les guste un collar o un casa con hipoteca, a tener una polla sincera a su lado.
Y por fin nos conocimos.
Me rendí a él locamente, enseguida y por completo después de nuestro primer beso.
Lo adoro, para bien y para mejor (nunca para peor), y adorar de una manera tan incondicional toda la piel de su cuerpo, es como un abandono arrebatado.
Antes me gustaban los hombres por partes: Labios, ojos, manos, pecho, solo aveces la polla. y él lo tiene todo en uno.
En la veneración reside la libertad. La libertad de no inhibir nada, que la impulsa al mundo elíptico del amor.
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Y por fin solos.. En la habitación de aquel hotel.
Las ansias de tus manos recorrieron mi ser desnudo y se introdujeron en la parte de mi más delicada.
El movimiento morboso de tus dedos volvió aún más húmeda y cálida la apetencia de ti. Te deseo, te deseo dentro de esta esencia que te pertenezca, que has vuelto fuego a tu discreción. Muerdes, libas, consumes mi ser.
Escribiendo tus letras de erotismo, convocándolas a susurros en mi aprensión por tu parte de hombre.
Te tengo aquí, justo como te quería, impetuoso entre el cuerpo y el alma en una unión perfecta con un placer infinito. Agitado, febril, recio.
Tu corriente sobre mí también me hará estallar. Mi corazón late, mi sangre hierve, mis entrañas se inundan del estruendo de nuestra atracción. Tú, tan sexual; tú, tan taciturno; tú, tan mío.
Dame las noches más intensas cargadas de amor, dame las noches de pasión más fieras, tú dame las buenas noches.
Con ganas de ti de nuevo.
belle
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