EL SUSTITUTO

Ingrid, mujer cuarentona, no muy agraciada, con algunos kilitos de más, a causa de sus tres embarazos. Manuel, camionero, barriga cervecera, de la misma edad que Ingrid, son un matrimonio modelo, ¿modelo?.... De puertas para afuera, dentro de su matrimonio no es todo bonito, mientras Manolo se siente en su salsa, Ingrid nota un vacío, una angustia que no acierta a saber que puede ser.

Ella no es feliz, su marido es un buen hombre, la ama, quiere a sus hijos, pero su vida íntima no es como Ingrid desea, se limita a cumplir abriéndose de piernas, ella sueña con un príncipe azul, aquel hombre que la salve del dragón, que la colme de oro.

Un día de mercado, fue a comprar unas flores a la floristería de la plaza del pueblo, y allí estaba Aubert, el florestero de toda la vida, un solterón atractivo de casi cincuenta años. Siempre que ve a Ingrid la colma de halagos, de piropos, e incluso de algún descuentillo extra en la compra.

Aquel día fue diferente, Aubert la dijo que deseaba una cita con ella, enseñarla de lo que era capaz, él sentía algo por ella y ella era evidente que la gustaba sus halagos.

Ingrid se lo monto para esa misma semana, una reunión extra del colegio la excusa perfecta.

La cita resulto impresionante, cena, flores, incluso un beso apasionado. (Desde aquel día tienen encuentros esporádicos).

LA TRASTIENDA

Son las 3 de la tarde, los niños están en el colegio, saben que tienen dos horas.

Ingrid llega a la tienda deseosa de follar de nuevo con Aubert, pica al timbre, pero la puerta se encuentra entre abierta, escucha su voz masculina y sensual que la ordena:

Estírate sobre la mesa, quítate tan solo las bragas, tienes un pañuelo ahí, tápate los ojos y relájate.

Fiel , obedece Ingrid, cierra sus ojos , y se los tapa con el pañuelo, concentrándose en las manos que tocan su entrepierna, que suben lentamente hacia su coño, con los dedos Aubert abre su agujero húmedo y su clítoris se rinde al jugueteo de su lengua, lamiéndolo, besándolo, bebiendo sus fluidos, succionándolo, haciendo que Ingrid gima de placer.

Con su lengua y sus dedos juega dentro del coño húmedo, a modo de polla va realizando pequeñas y suaves embestidas, dejando sentir su respiración en el túnel sexual de Ingrid, "la nota preparada para el”, Aubert se incorpora y suavemente penetra dentro del coño de su amante, dejando que ella sienta como se va abriendo camino su pollaza en sus entrañas, tiesa y erguida comienza a follarla sin piedad, acelerando las embestidas, parando de golpe con la tranca tocando el fondo, y volviendo ha acelerar.

La mesa se mueve a ritmo del vaivén de ambos que va tomando velocidad, apretados fuertemente hasta tocar con su nabo de nuevo el fondo del coño , frotando con sus huevos el clítoris, consigue que su amada llegue al clímax, rendida de nuevo a su amor.

Aubert esta a punto de correrse, su hinchazón buscando la salida es evidente, saca su tranca, voltea a Ingrid y la embiste por el culo, profundamente, tan solo le da tiempo a un par de embestidas y su semen empieza a emanar, saliendo a través de las paredes del culo , chorreando , poniéndolo todo impregnado de semen.

Saca su polla e Ingrid lame todo el fluido del nabo de su amante, tragándose el semen y relamiéndose los labios.

Ella sigue sin ser feliz, aún no ha encontrado a su ansiado príncipe azul. Lo peor que se siente como una puta engañando a su marido, pero no puede evitarlo, el sexo es su pasión y la de su marido el sofá.