CARTA DE UNA LECTORA

 CONFESIÓN

He aquí algo relativo, superficial, ahora con 42 años me encuentro con el dilema de si sigo con mi marido o por el contrario lo dejo y salgo huyendo, de una relación que sexualmente no me aporta nada.

Me he atrevido a escribir a belle ,que se de buena lectura que relata cartas de lectores, experiencias y vivencias reales sin poner ni una coma de más no obstante maquillando perfectamente los escritos para dar vida a un relato erótico  a tono con el estilo peculiar de bella bestia.69.

Mi nombre no importa , donde vivo menos, mi historia una de tantas, pero…¿A quien voy a confesarme?, que mejor que aquí, a través de este blog, en donde nadie se conoce y todos nos conocemos.

UNA HISTORIA MÁS

Nunca he reconocido que soy una Fetichista de la lencería masculina, pero me pirro por unos calzoncillos. Me encanta el cuerpo masculino, fornido, robusto, pectorales de impresión y una buena tranca. Confieso que me encanta escaparme en los descansos de mi trabajo a un Sex Shop que hay cerca, en donde me meto en esas mini cabinas, coloco unas monedas y sale un tío estupendo junto a una bailarina , para acabar follando para mis ojos.

Siempre regalo ropa intima a mis “amigos” y a veces la robo de sus cajoneras o de alguna tienda para guardarla en una caja de color celeste que escondo celosamente en el armario de la limpieza. Esto os dará una idea de cómo soy..

Un día entré en una tienda estupenda , en la sección de lencería de una marca muy cara, en pleno centro de Pedralbes (Barcelona), después de remirar varios modelos un dependiente se me acercó, camisa blanca marca de la casa ,estratégicamente desabrochada hasta el primer abdominal visible, depilado, moreno, ojos negros, mirada intensa, sonrisa perfecta, pantalón de smoking negro, zapatos de charol negro, olor mmm que olor díos, por supuesto a perfume masculino marca de la casa.

Amablemente se intereso por mis dudas, y yo descaradamente mire hacia su polla, no hizo falta ninguna explicación enseguida entendió que tenia problemas con las tallas, me acompañó hasta el probador con varias prendas, de alguna manera intuyó que no solo quería estar segura de la talla si no que mi apetito sexual estaba empezando a despertarse.

Me llevó al último probador al fondo de la tienda, se introdujo en el y extendió su mano para que le acompañara, me senté en la silla de cortesía , se desabrocho el pantalón dejándolo caer y solo para mis ojos su enorme y bella tranca relució como el mejor de los diamantes ante mi.

Mi coño despertó de su siesta sin previo aviso “si yo solo entré a robar unas prendas” pensé para mis adentros.

Mi dilatación era evidente, me dolía, quería, buscaba guerra y aquel tío fornido me la iba a dar.

Yo, ahí sentada abierta de piernas con mis braguitas color champagne mojadas de sed de sexo, visibles bajo mi falda de tubo y él empalmado como un demonio con su bella y enorme metralleta dispuesta a darme guerra. No me lo pensé era como en el Sex Shop pero esta vez la bailarina puta era yo, aparté mi braquita a un lado enseñándole todo mi coño, guiándole a mi ventana mojada deseosa de ser secada por su trapo mágico.

Sentí como se paraba el mundo cuando me penetro sin delicadeza, en plan salvaje, a lo bestia, me sentí ciertamente como una vulgar puta ante un cliente ardiente, y esa sensación me fascinaba, me fascina….

Siete contadas embestidas , como las siete pollas de los sietes enanitos de Blancanieves , me hicieron alcanzar el cielo, me corrí sin poderlo evitar, él saco su tranca de mi coño aún expandiendo fluidos para acabar en mi boca , dándome a beber su jugo sagrado.

He repetido otras veces, no con él si no con otros…..

Ha! Me lleve las prendas sin pagar, por eso de mi fetichismo……………Gracias bella .