¿Te Duele? Le preguntó la doctora
Un poco, contesto Gorka
Estate quieto y si te duele, dímelo.
Las manos de aquella mujer cogieron su polla de una manera suave, apretando lo justo para no dañar el capullo dolorido por su supuesta adicción al sexo.
Explícame como te has hecho esta herida, se preciso, detesto las mentiras por vergüenza, soy médico y mi obligación es curarte.
Gorka, sudoroso del nerviosismo, cerro sus ojos y comenzó a relatar a la doctora, como se había “herido”” su polla al follar con Merche, la vecina del cuarto.
En el oscuro cuarto de contadores, de la escalera de vecinos, Merche agarro mi polla, manoseándomela a la vez que, acariciaba mis huevos con fuerza, mi polla se puso en segundos dura como una piedra, la hice bajar a mi pedestal y la obligue a que me la chupara, ver como se metía mi larga verga dentro de su garganta me excito mucho.
Volvió a coger mi tranca, meneándola con más fuerza aun, se la froto en su coño y me ordenó que la follara.
Quería tenerla entera dentro de su ser, metí las manos entre sus piernas y pude notar su coño mojado, dilatado, excitado, deseoso de mi. Levante sus piernas y las coloque en mi cintura, aparte su braga y entre mi hombría sin avisarla, introduciendo todo lo que pude mi polla, apretándome a ella, que notara bien mi ardiente poderío.
Follar rápidamente me excita mucho y con el temor de ser descubiertos sube mi adrenalina al máximo doctora.
Aprieta más las nalgas entorno a mi polla putita mía, le dije...
La notaba ardiente, empezamos a jadear de placer, apreté su culo con mis manos hacia mí, intentando que mi leche no se derramara por el suelo, fluyendo caliente por sus muslos dejándola completamente mojada. Sentía mi verga explotar.
Al sacarla de aquel volcán caliente ,sin querer roce mi sensible e indefensa polla, con un enganche de su liguero, he aquí mi herida.
Y si doctora, me duele mucho…………