UN RAPIDIN

Estaba en el baño y de repente sonó la puerta, no había nadie más que yo, así que tuve que salir del baño y abrir, para mi sorpresa era el cubero que traía gasoil.

 

Le hice pasar, a la cocina,  pero como ya es habitual sabe perfectamente donde esta el deposito, y me dijo; Hola bella, estas guapísima, ¿que es de tu vida?. Hace tiempo que no coincidimos. ¿un café?... Le conteste.

 

“La verdad no me apetecía mucho hablar con él, pues mi mente estaba en otra persona”, me cojio de la mano y me la beso, para después cojerme por la cintura y susurrarme al oído que me echaba de menos.

 

Mmmm, su olor me recordó aquellos momentos salvajes en el almacén, donde están los depósitos de gasoil,.

 

Me beso el cuello, para después acabar en mi boca, no me pude resistir ante aquella manera de besarme, me subió a la encimera  y comenzó acariciar mis piernas, subiendo poco a  poco hasta mi coño, apartando mi tanga e introduciendo sus dedos en mi vagina, con su lengua tocaba, succionaba, chupaba,  mi clítoris, hasta sentirme húmeda,  se saco la polla sin bajarse los pantalones y allí mismo me embistió como un animal, como  a mi me gusta. 

Nos abrazamos fuertemente mientras nos movíamos buscando el orgasmo, le clave mis uñas en la espalda y el mordió mi cuello de  placer,  de repente paro y me dijo: si no paro me voy a correr….

 

La saque de mi coño, baje de la encimera,   empecé a comérmela, pajeársela, chupársela, lamérsela, jugar con sus huevos gordos por el semen, de repente y sin darme cuenta se corrió, me lo bebí

 entero,todo su semen  chorreaba  por mi boca mientras no dejaba de lamérsela, de chuparla, note que le dolía de placer pero no deje su polla  tranquila, quería seguir comiéndosela  me gustaba tanto saborearla.

 

Me aparto porque ya no podía más. Yo me quede insatisfecha…así que volví al baño mientras él descargaba el gasoil y acabe sola lo que él no me  pudo dar juntos.