Como todo hijo de vecino, un fin de año sin la tradicional cena familiar y la salida desenfrenada con los amigos, para acabar con churros y chocolate no es fin de año, ritual que hay que cumplir mientras el cuerpo aguante o la edad lo permita.
Este año mis amigas y yo nos hemos trasladado a una mega fiesta en uno de los locales de moda de Barcelona, único requisito; Ir vestido con motivos ochenteros y entrar con ganas de pasarlo bien al ritmo más autentico , entre hombreras , tupes y kilos de laca.
No entrare en los detalles obvios de la fiesta, iré al grano que es lo que más me gusta.
Entre los principios de Madonna y Mecano apareció él, Raimon, moreno, ojos verdes claro, barbita de varios días, vestido con traje negro de terciopelo, camisa de seda con gemelos a juego “me chiflan los tíos con gemelos”, “tienen un aire tan chic”.
No paramos de mirarnos y hacer coreografías absurdas, un autentico “pulp fiction” a la Española.
Después de un rato haciendo payasadas, pero con estilo heee!! Decidí acercarme, poner mis armas de seducción a trabajar, estaba desesperada de tanto bailoteo “no es fácil cuando tus pies flotan sobre 10 ctm de taconazo”.
Salí de la pista con dirección al baño, no sin antes acercarme a su oído y susurrarle una frase que descoloca a cualquier hombre: Sin mujeres no hay erotismo, antes solo éramos el objeto ahora somos participes.
Le miré fijamente, le cogí de la mano, y le conduje hasta el baño masculino, me sentí muy segura.
Yo jugaba con fuego, eso sin duda, pero era un fuego tan brillante que no pude, o no quise reconocer la advertencia de lo prohibido, lo inmoral, follar en el baño de los hombres con el riesgo que ello conlleva.
En medio de todo el éxtasis prohibido, del que disfrutaba de cada segundo en aquel wc minúsculo, mi clítoris buscaba contacto directo con el cielo, buscando el orgasmo rápido, me sentí tan receptiva, tan abierta, tan mojada…
Los limites entorno a lo erótico… Mi teoría cobro alas…
Dos cuerpos semidesnudos en un mini espacio, lleno de hombres ajenos a lo que ocurría en su interior, mmmmm……
Su polla insaciable y enloquecida penetro en mi raja sin previo aviso, casi perforándome el tanga, con su lengua dentro de mi boca acallo mi grito sordo para no despertar sospechas.
Descubrí que aquel hombre no era Dios quien me follaba si no un apóstol suyo. Los defectos brillaban más cada vez que embestía contra mi cueva, mi expectativa y mi posterior frustración me demostraban que no podía conmigo, pero el juego acababa de empezar.
Debió darse cuenta de mi pensamiento….Con brusquedad me volteo y contra la pared sin apenas poderme mover me enculó. Dios que maravilla, sentí su polla tan profunda que mi culo y mi coño se fusionaron allí mismo.
Desde ese momento contó con toda mi atención.
Belle